El mundo.es «eco» de nuestro sueño
Ponga un comedor social en casa
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Un grupo de amigos vende menús caseros en beneficio del comedor de los Trinitarios
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La idea surgió tras observar largas colas a las puertas de la ONG
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Venden unos 100 menús cada viernes a unos precios asequibles
Se dirigÃa a casa junto a su mujer un domingo por la tarde después de pasar un dÃa con su grupo de amigos. Al llegar, pensó que tenÃa que poner remedio a la realidad con la que poco antes se topó de bruces. HabÃa largas colas junto a un colegio y pensó en que esa era la razón, pero no. Un grupo numeroso de personas hacÃa cola para comer en el comedor de los Trinitarios. La visión no dejó de rondar desde este dÃa en la cabeza de Francisco Cardona, un vecino de la zona de la avenida Barcelona, de Córdoba capital, que ha conseguido, junto a sus amigos, engranar una cadena solidaria para ayudar a los necesitados en esta época de crisis económica.
Cogió su móvil y lanzó un mensaje de whatsapp a su cÃrculo más cercano de amigos: «Me revienta saber que en todas nuestras casas tiramos comida en mal estado. Hay vecinos nuestros que lo están pasando muy mal. Me gustarÃa educar a mi hija desde una visión cristiana, en el trabajo y apoyo a los que más lo necesitan. Es por ello por lo que os propongo participar todos los viernes de Cuaresma en el Comedor Madre Teresa«. Este fue el comienzo de esta acción solidaria.
Cardona sabÃa que sus amigos no le defraudarÃan. Y asà fue. «Mi mujer y yo trabajamos los dos, igual que el resto de nuestro grupo de amigos. Por eso nos preguntamos qué podÃamos hacer por los demás, por los que menos tienen. Y en ello andamos», explica a ELMUNDO.es. En esta aventura comenzaron unas 5 o 6 personas, pero a dÃa de hoy las manos se han multiplicado hasta el punto de elaborar 100 menús semanales -solo los viernes- que venden también entre sus contactos a precios asequibles. Los menús de adultos cuestan 6,50 euros y 4 los infantiles.
¿Cómo funcionan?
Los domingos de Cuaresma piensan entre todos los menús que se van a elaborar esa semana. Sopa, croquetas, lentejas, estofado de patatas, natillas… forman parte de la carta del restaurante solidario. Entre el lunes y el miércoles tienen para reunir los alimentos de los proveedores -amigos y conocidos- que quieran participar en la iniciativa.
Con el número de menús ya cerrado de antemano, los jueves por la tarde quedan en varias casas para cocinar los alimentos, que después entregan al dÃa siguiente hasta recaudar el dinero que termina beneficiando al comedor de los Trinitarios. El año pasado, en cinco viernes de Cuaresma consiguieron reunir 4.000 euros. Este año, la previsión es mayor, pues hay una semana más. El éxito del proyecto se mide en el número de menús servidos. Este viernes han sido 120, entre adultos e infantiles.
Cardona se siente muy orgulloso de haber sido uno de los impulsores de esta iniciativa que ha cosechado un éxito absoluto, tanto entre la gente que se ofrece para colaborar en la elaboración de los platos como en aquellos otros que acuden a comprarlos para solidarizarse con los que lo están pasando mal.
«Nos tenemos que ayudar entre todos. En el grupo, somos gente joven que rondamos los 40 o algo más y que deseamos mostrarles a nuestros hijos que nos tenemos que ayudar unos a otros», apunta Cardona.
Doble función
El director del comedor cordobés de los Trinitarios, Eduardo GarcÃa, asegura que es una auténtica «gozada y un placer» la colaboración que están recibiendo de esta red solidaria de familias. «Hay que reconocer que las aportaciones económicas nos vienen estupendamente en estos tiempos tan complicados para adquirir comidas y pagar todos los gastos que conlleva mantener el comedor social abierto y también por la labor pedagógica y de solidaridad de las familias» porque «los niños se dan cuenta de se pueden hacer muchas cosas». GarcÃa está agradecido con la «labor altruista y desinteresada, que surge de ellos y que hay que premiar».
Francisco Cardona explica que eligió el nombre de Comedor Santa Teresa porque le gusta una frase que ésta decÃa: «A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar serÃa menos si faltara una gota«. Este grupo de amigos lleva dos Cuaresmas aportando gotas de solidaridad al inmenso océano.